Quién no se ha quedado al menos una vez fascinado por los colores que era capaz de observar, o quizás de intuir mientras veía un atardecer, o mientras veía los rojos anaranjados de un crepúsculo. El atardecer era de un color olvido. Los colores eran comunes y a la vez hermosos, una mezcla de rojo pasión, con amarillo fuerte y naranja, el Sol hermoso como nunca, la vista era única e irrepetible...
-¿Te gusta?-Pregunto Adán
-Sí, es hermoso. Me encantan esos últimos rayos de sol iluminando el horizonte en unos tonos ocres fantásticos.
-¿Qué es la cosa que más te gusta en la vida, Alex?
Alce la vista hacia el ocaso-Los atardeceres-Respondí
-¿No te gustan más los amaneceres?-Pregunto confundido-, mira que no he visto cosa más hermosa que el nacimiento del sol.
-Lo amaneceres son bellos, si. Pero las puestas de sol me dicen mas- Dije con tono de voz dulce y conciliador.
El sol se oculto y un cálido color rosado se extendió por todo el cielo.
Me levante de aquella cálida arena y empecé a caminar en la orilla de la playa, se sentía tan bien sentir el agua mojar mis pies, Adán me siguió y empezamos a caminar en silencio, el silencio no era incomodo al contrario era totalmente cómodo.
-¿Por qué viniste a este país?-pregunte rompiendo ese silencio
-Porque mi padre quiso que estudiara aquí.
-¿Qué es lo que estudias?
-Diseño grafico.
-¿Te gusta dibujar?
-Sí. Cuando quieras te puedo hacer un retrato- vacilo
-Ya en serio. ¿Sabes dibujar?
-De verdad. No te miento. ¿Tu, que estudias?
-Medicina.
-¿No te da asco ver la sangre?- hiso una mueca de asco
-No, eso es niñerías.
-¿No has pensado en elegir otra carrera?
-No.
-¿Por qué hace rato se te salió una lagrima?
-Porque se me había metido una basurita en el ojo. ¿Y no dejaste novia en España?- me fui por la tangente
-No- Su humor cambio.
-¿Qué pasa?
-Solo que… ella me dejo por mi mejor amigo- esto último lo dijo en voz baja, era como si no quisiera que lo oyese-¿Qué te paso a ti?
-El me dejo-Unas lagrimas salían sin querer. No quería parecer una estúpida que lloraba siempre que le hablaban de él. ¿Pero qué podía hacer?
-No llores- me acurruco en su pecho-, es un imbécil por haberte dejado.
-El mur… murió- su cuerpo se tenso, no esperaba que digiera eso.
-Lo siento, yo no lo sabía.
-No te preocupes, yo sé cuál es la realidad.
-Pero igual no tienes porque llorar.
-¿No tengo porque llorar? ¿Acaso sabes que es perder a alguien que amas? ¿Sabes que es sentir ese dolor? ¿Acaso lo sabes?- le grite
Hubo un silencio, este si fue incomodo, me maldije por haberle gritado.
-Si lo sé.
-¿Perdón?
-Si se que se siente perder a alguien que amas y mas si es por tu culpa- tenía los ojos llorosos-, mi madre estaba embarazada de mellizos, pero su embarazo se complico y el cordón umbilical se le enrollo alrededor del cuello de mi hermanita, ella no podía nacer, solo yo tenía derecho a vivir. Desde ese entonces me culpe de que mi hermana hubiera muerto- fue fuerte al no llorar.
-Pero en absoluto, no fue culpa tuya- lo abrase y él me recibió con gusto.
-Si la es. Si fuera a mí quien se le hubiera enrollado el cordón umbilical en el cuello, ella hubiera nacido y hubiera gozado de ve ese hermoso atardecer- Hecho a llorar en mi hombro, mi franela estaba mojada por causa de las lágrimas que salían sin parar. Me abrase mas fuerte a él, los dos necesitábamos consuelo, lo necesitábamos.
21/11/09
Los múltiples colores del atardecer
Publicadas por Nina<3& a la/s 11/21/2009 07:34:00 p.m. 2 comentarios
Etiquetas: La Fuerza del Amor
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